Situada al oeste de la península Ibérica en la desembocadura del río Tajo y bañada por el océano Atlántico, la ciudad de las siete colinas ofrece un amplísimo repertorio cultural. Sus eventos culturales más significantes son durante verano. Concretamente la víspera del 13 de junio, noche de San Antonio, es la fiesta más importante de todo Portugal. Se desarrolla una competición en la avenida Liberdade en que los distintos barrios desfilan para determinar cuál es la mejor coreografía. También se celebran festivales de música como el Almada, el Super Bock Super Rock y el Optimus Alive.
Durante todo el año se puede disfrutar del fado en los clubes locales. Este estilo de música es originario de Portugal. Es una música lenta y triste que transmite emociones como la melancolía, la nostalgia o la frustración a través de pequeñas historias del vivir diario de los barrios humildes. Esta música es generalmente cantada por una sola persona y acompañada por las guitarras española y portuguesa. Una bonita experiencia de inmersión cultural a la que todo visitante debería dar una oportunidad.
Otra gran atracción cultural recomendada para todos los visitantes es la catedral de la ciudad, la sé de Lisboa o Santa María Mayor. Este edificio románico construido en 1147, siendo la iglesia más antigua de la ciudad. También se ofrecen visitas guiadas gratuitas en español si se reserva con antelación. Aunque esta catedral era originalmente románica tardía destacan las capillas góticas en su interior que fueron construidas posteriormente en una de sus reformas. La entrada a la catedral es gratuita, pero si se quiere visitar el Claustro o el Tesoro de la catedral son 2,50 € por cada una de estas actividades. El Tesoro son un conjunto de salas donde se conservan y exhiben trajes, joyas, manuscritos y reliquias de distintas épocas. En el Claustro se conservan los restos romanos, árabes y medievales descubiertos hace poco.